jueves, 21 de mayo de 2020

CONCLUSIÓN

Este curso de Úlceras Por Presión (UPP) nos ayuda a fomentar el buen cuidado de todo paciente ingresado a hospitalización, sobre todo en los pacientes de mayor edad. Todo profesional de la salud que brinda atención a pacientes hospitalizados deben tener conocimiento y habilidades sobre la prevención, manejo, monitorización y control de las UPP. Tomando en cuenta todos los factores que influyen en la cicatrización de la herida o lesión. Sobre todo, este curso se llevó a cabo con el fin de que el personal sanitario esté capacitado y su formación sea la correcta, trabajando en equipo para que así, continúen investigando sobre el tema y mejorar el cuidado de todo paciente con riesgo de padecer UPP; esta manera sería un trabajo realizado con eficiencia y eficacia, ya que estas lesiones representan un problema económico social muy importante que con las medidas de prevención adecuadas pueden evitarse en su totalidad.

Hoy en día la tecnología como proceso y como herramienta se vincula estrechamente con el ser humano; con ella evolucionamos y transformamos la realidad por lo que nos ayuda a mejorar el trabajo en equipo que se lleva a cabo en el hospital, al igual que el desarrollo teórico y la constante actualización educativa del personal sanitario. En conjunto con esto se suma el humanismo para la atención integral y holística de todo paciente.

lunes, 18 de mayo de 2020

BIBLIOGRAFÍA



Best Practice. Pressure Sores. Part 1: Prevention of Pressure Related Damage. The Joanna Briggs Instituted for Evidence Based nursing and Midwifery. 1997. 1(1):1-6.

European Pressure Ulcer Advisory Panel (2014) Recomendaciones nutricionales para el tratamiento y prevencion de la ulcera por presión

European pressure Ulcers Advisory Panel (1999) Directrices sobre la prevención de úlceras por presión del Grupo Europeo de Úlceras por presión. Gerokomos..

García. M., Martínez M. (2014) Historia de la Enfermería. Evolución histórica del cuidado enfermero. España: Elsevier

Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en Ulceras por Presión y Heridas Crónicas (2003). Directrices Generales sobre Prevención de las Úlceras por Presión.

Guarín, Quiroga, Landínez, Parra (2015) Proceso de Cicatrización de heridas de piel, campos endógenos y su relación con las heridas crónicas Vol. 61 No. 4.

Guía de cuidados enfermeros del INSALUD. (1996) España

Osakidetza (2017). Guía de actuación para la prevención y cuidados de las úlceras por presión.

Ramirez, C. (2010). “Apósitos” . Clase dictada dentro del programa del diplomado Cuidado de la persona con heridas y su cicatrización.

Registered Nurses Association of Ontario (2007) Valoración y manejo de las úlceras por presión en los estadios I al IV

Rodríguez M. et al. (2004) Cuidados de Enfermería al paciente con upp. Guía de prevención y tratamiento. Cádiz: Hospital Universitario Puerta del Mar

Secretaría de salud (2015) Prevención, Diagnóstico y Manejo de las ÚLCERAS POR PRESIÓN en el Adulto. México

STETIKMED (2015) Anatomía y fisiología de la piel

domingo, 17 de mayo de 2020

Apósitos y otros productos para el cuidado de las UPP

Existen diferentes tipos de apósitos los cuales ayudan al cuidado de las UPP. Estos productos son utilizados con el fin de cubrir y proteger la herida.

APÓSITOS PASIVOS 
Gasa

  • Simples y de bajo costo. 
  • Proteger, aislar, taponar y absorber


GASA (TEJIDA Y NO TEJIDA) 

  •  Gasa tejida  
  • Natural, alta adherencia y mala absorción. 
  • Rellenar y debridar mecánicamente - Destruye tejido de granulación.


GASA NO TEJIDA

  • Sintética, baja adherencia y buena absorción.
  • Proteger y absorber.


APÓSITO TRADICIONAL 

  • Algodón envuelto en gasa. 
  • Proteger y taponar. 
  • Apósito espuma
  • Alta adherencia a los tejidos.


APÓSITO ESPUMA O MOLTOPREN

  • Poliuretano de malla estrecha.
  • Alta adherencia al tejido, impide oxigenación. 
  • Exudado abundante, bajo costo


APÓSITOS INTERACTIVOS 

  • Más complejos, mayor costo.
  • Tull
  • Superior costo/efectividad.


TULL

  • Gasa tejida de malla ancha natural o sintética
  • Impregnada en petrolato e incluso antimicrobianos, ácido fusidico, centella asiática.
  • Indicado en úlceras con 100% tejido de granulación, quemaduras tipo A, injertos cutáneos.
  • Duración: 2 días (natural) y 3 días (sintético). Riesgo de lesionar la herida.

Espuma hidrofílica

ESPUMA HIDROFÍLICA

  • A base de poliuretano, no adherente. 
  • Mantiene ambiente húmedo, fomenta granulación, permeable a gases.
  • Heridas, quemaduras con moderado a abundante exudado. Heridas infectadas exudativas.
  • Cambio diario en heridas infectadas.


APÓSITO TRANSPARENTE ADHESIVO

  • Resistencia a humedad y bacterias.
  • Semipermeable, permite oxigenación.  
  • Permite baño o ducha. 
  • No se recomienda en heridas infectadas, ni con exudado abundante, ni piel circundante frágil. 
  • Duración de 3 a 10 días. 
  • Quemaduras tipo A, heridas tipo 1 y 2 con bajo exudado, protección de roce, debridamiento, apósito secundario.

Apósito transparente adhesivo





APÓSITOS BIOACTIVOS 

  • Tecnología más elaborada. 
  • Mantienen humedad fisiológica y permiten oxigenación.


HIDROCOLOIDE

Hidrocoloide
  • Apósito autoadhesivo oclusivo 
  • Absorción escasa a moderada. 
  • Favorece debridamiento autolítico.
  • Contraindicado en heridas infectadas y con exposición de músculo, tendón o hueso. 
  • No utilizar en heridas con abundante exudado.
  • El gel al interactuar con la herida es de mal olor, aspecto de pus.
  • Protección de prominencias óseas, quemaduras tipo A, debridamiento heridas tipo 2 y 3, favorecer granulación.
  • Duración 3 a 4 días.


HIDROGEL 

Hidrogel
  • Gel amorfo no adherente o en lámina.
  • Lámina, no exceder los bordes de la herida. 
  • Gel: sólo cubrir 80% herida. 
  • Cambio diario en heridas infectadas. 
  • Idealmente ap. transparente adhesivo como 2°, si se usa ap. Tradicional, cambio diario.
  • Debridamiento, quemaduras, heridas tipo 1,2,3 y 4 limpias e infectadas, pie diabético, relleno. 
  • Duración hasta 72 horas. 

Aposito de alginato

ALGINATO 

  • Contraindicado en heridas con nulo o escaso exudado.
  • En mecha o láminas.
  • Al rellenar cavidades, aplicar en forma holgada.
  • Hidratar al remover.
  • Heridas tipo 2 al 4 con exudado moderado a abundante, heridas infectadas y heridas sangrantes.
  • Duración máxima 3 días.


REGENERDORES
MADECASSOL 

  • Extracto de centella asiática. 
  • Regenerador tisular y estimulante de la cicatrización.
  • Utilizar en úlceras con 90 a 100% de tejido de granulación. 
  • Úlceras de causa conocida, quemaduras, heridas quirúrgicas, cicatrices retráctiles y profilaxis queloides.


viernes, 15 de mayo de 2020

Plan básico de cuidados locales de las UPP

En el tratamiento de las úlceras por presión se debe tener una visión integral de los cuidados que involucre tanto los cuidados generales como los cuidados locales de la lesión.

Los cuidados generales recomendados son:


  • Alivio de la presión sobre los tejidos ulcerados.
  • Prevención de aparición de nuevas lesiones.
  • Soporte nutricional.
  • Manejo adecuado del dolor.
  • Valoración psico-social.
  • Valoración cognoscitiva.
  • Educación del cuidador principal y el paciente.


Cuidados locales de la lesión son:


  • Limpieza de la úlcera.
  • Mantenimiento de la higiene del lecho ulcerado.
  • Desbridamiento.
  • Tratamiento de la infección en la úlcera.
Se recomienda instaurar un plan de continencia urinaria/fecal individualizada. Se debe limpiar inmediatamente la piel circundante y la úlcera por presión (si fue expuesta) posterior a cada episodio de incontinencia. 
Se recomienda mantener la piel limpia y seca. Se debe limpiar la úlcera por presión cada vez que se realice el cambio de apósito que la cubre. La primera intervención es la irrigación con agua estéril o solución salina 0.9% en hospitalización. En los cuidados en domicilio, si no es factible este tipo de soluciones, se puede utilizar agua que se usa para beber.

En las úlceras categoría I, los cuidados generales deben incluir: 
  • Aliviar la presión de la zona afectada. 
  • Uso de medidas locales que disminuyan la presión y que reduzcan la fricción, el cizallamiento y que permitan la visualización de la zona dañada sin lesionarla (apósito transparente).
No se recomienda frotar vigorosamente la piel con riesgo de úlcera por presión o en categoría I cuando se realice la limpieza. La fricción puede provocar dolor y destrucción aún mayor de tejido, reacción inflamatoria local, particularmente en adultos mayores frágiles.

 En las úlceras en categoría II, III y IV los cuidados generales


deben incluir además de los referidos para la categoría I:
  • Limpieza de la úlcera.
  • Desbridamiento del tejido necrótico.
  • Aplicación de un material protector terapéutico que prevenga la infección bacteriana.
  • Mantener la humedad en el lecho ulcerado a temperatura corporal.
Se recomienda para la limpieza de la UPP en categoría II, III y IV irrigación con agua estéril o solución salina 0.9% en hospitalización o en domicilio agua que se utiliza para beber.

Los objetivos recomendados para la limpieza de las úlcera en categoría II,III y IV son:
  • Retirar restos orgánicos, inorgánicos y el exudado presente en la lesión.
  • Rehidratar la superficie de la herida.
  • Facilitar la inspección de la herida.
  • Disminuir el riesgo de infección.
Se debe emplear solución salina para la limpieza de las úlceras por presión no infectadas ya que no impide el proceso de cicatrización, no provoca daño tisular, alergias, ni altera la flora normal de la piel.
Se recomienda considerar el uso de soluciones con surfactantes y/o antisépticos/antimicrobianos para la limpieza de úlceras en categoría II, III, IV, SOLO si se encuentran con sospecha de colonización bacteriana crítica, sospecha de infección o infección confirmada.

Para la limpieza de la herida se recomienda la siguiente técnica:
  • Limpieza gentil con solución fisiológica, agua destilada o agua potable.
  • Utilizar una jeringa de 20 ml con un catéter venoso periférico para la irrigación de la herida durante la limpieza.
  • NO lesionar el tejido durante la limpieza de la herida evitando en lo posible abrasión, fricción y demasiada presión.
  • Evitar el sangrado durante la limpieza.
  • La úlcera por presión con tractos tunelizados o socavados, debe limpiarse con mayor precaución y menor presión de lavado.
  • La zona de limpieza debe extenderse 1 cm al borde de la úlcera.
  • Vigilar el flujo de la irrigación y desechar de manera adecuada el líquido ocupado, de manera que se evite la contaminación cruzada. 


Cuidados de la úlcera por presión infectada 
Las úlceras por presión categoría III y IV son las que presentan más índices de infección debido a la mayor concurrencia de factores de riesgo intrínsecos así como factores extrínsecos.
Se identifican 4 tipos de interacciones bacterianas y úlceras por presión:
  • Contaminación: bacterias presentes en el lecho de la herida pero sin replicación activa.
  • Colonización: replicación activa de bacterias pero sin daño en el tejido del huésped.
  • Colonización crítica: Replicación de bacterias que enlentece la cicatrización de la herida.
  • Infección: replicación activa de bacterias con invasión a tejidos profundos de la úlcera que evocan una respuesta inmune local y/o sistémica.
Se recomienda evaluar los siguientes criterios clínicos de sospecha de infección en las úlceras por presión:
  • Celulitis.
  • Cambio en la intensidad del dolor en la úlcera.
  • Crépitos en el tejido ulcerado o circundante.
  • Incremento en el volumen del exudado y mal olor.
  • Material purulento.
  • Exudado seroso con inflamación de la úlcera.
  • Tejido friable o macerado.
  • Aumento de la temperatura en el tejido adyacente a la úlcera.
  • Retardo en el proceso de curación de la úlcera a pesar de manejo integral.
  • Signos sistémicos de infección (fiebre persistente, inestabilidad hemodinámica, respuesta inflamatoria sistémica).
Para realizar un adecuado tratamiento de la úlcera por presión infectada se debe clasificar en:
  • Infección superficial: la infección se extiende a tejidos blandos adyacentes y subyacentes, se caracteriza por una úlcera que no sana pero no hay signos sistémicos de infección.
  • Infección profunda: incluye infección local complicada con celulitis, fascitis, osteomielitis, bacteriemia o sepsis. 
En paciente con sospecha de infección o retraso en el proceso de curación de la úlcera a pesar de manejo integral, se recomienda realizar toma de muestra para cultivo basándose en 3 técnicas posibles: 
  • Frotis de la lesión con hisopo (técnica de Levine). 
  • Aspiración percutánea con aguja fina. 
  • Biopsia de tejido profundo. 
Hay que tomar en cuenta que la mayoría de los organismos reportados por frotis se deben a colonización de la úlcera, al contrario, los microorganismos reportados por biopsia generalmente son los responsables de la infección.
Para el tratamiento de úlcera por presión con infección superficial se recomienda:
  • Tratamiento Integral de la úlcera por presión (Limpieza de la UPP, desbridamiento de tejido necrótico, etc.).
  • Uso de agentes antimicrobianos tópicos (ej. Sulfadiazina de plata).
  • Evitar en lo posible antisépticos citotóxicos (ej. clorhexidina, iodin-povidona, hipoclorito de sodio, peróxido de hidrógeno, etc.).
  • Uso de antibióticos tópicos, cuando haya indicación.
En relación al tratamiento Integral de la úlcera por presión.
  • Alivio/mitigación de la presión/compresión y demás factores de progresión/desarrollo de UPP 
  • Limpieza de la UPP.
  • Desbridamiento de tejido necrótico.
  • Soporte nutricional.
  • Uso de apósitos.
  • Control glucémico.
  • Mejorar perfusión arterial sistémica.
  • Reducir terapia y/o fármacos inmunosupresores de ser posible. 
En infección superficial se recomienda el uso de agentes antimicrobianos tópicos no citotóxicos, estos agentes reducen la cantidad de colonias bacterianas sin dañar el tejido e incluyen:
  • Sulfadiazina de plata al 1% en crema.
  • Propylene Glycol.
En infección superficial se recomienda evitar en lo posible agentes antisépticos citotóxicos para los fibroblastos y otras células inmunitarias ya que retrasan la curación, tales como:
  • Peróxido de hidrógeno: totalmente contraindicado en úlcera por presión categoría III, IV debido al riesgo de enfisema y embolo de gas.
  • Clorhexidina: tóxico en cualquier concentración.
  • Utilizarlo con precaución y el menor tiempo posible.
  • Compuestos a base de yodo (iodin-povidona, iodinecadexómero: contraindicados en paciente con disfunción renal, enfermedad tiroidea o alergia al yodo. Se puede utilizar si no existe otro recurso.
  • Hipoclorito de sodio (Solución de Dankin): citotóxico en cualquier concentración, se puede utilizar a concentraciones del 0.025% por períodos de tiempo corto y solo cuando no existe otra opción disponible.
  • Ácido acético (vinagre): se puede utilizar, sin embargo hay riesgo de acidosis metabólica cuando se utiliza por largos períodos de tiempo o en áreas extensas. 
En relación al uso de antibióticos tópicos para el tratamiento de úlceras por presión con infección superficial, se deben tomar en cuenta los siguientes aspectos:
  • Solo se recomienda usar antibióticos tópicos en úlceras por presión que no sanan y existe evidencia clínica de infección, o en donde se ha confirmado infección.
  • En todo caso se recomienda valorar los riesgos (efectos adversos, toxicidad, resistencia bacteriana) para indicar su uso.
  • No existe una recomendación sobre cuál antibiótico usar, no existen estudios de confrontación o de superioridad.
  • Siempre deben de ir acompañados de tratamiento integral (limpieza, desbridación, etc.) y antisépticos tópicos no-citotóxicos.
Para el tratamiento integral de úlcera por presión con infección profunda se recomienda:
  • Tratamiento integral de la úlcera por presión.
  • Uso de antimicrobianos tópicos no citotóxicos.
  • Uso de antibióticos sistémicos: estos solo se indicarán cuando existan datos clínicos de infección profunda (celulitis, fascitis, osteomielitis, sepsis) o se haya corroborado infección (hemocultivo, cultivo de tejido).
  • Utilizar antibioticoterapia empírica, aunque no existe evidencia para recomendar un antibiótico sobre otro.
  • Se sugiere el uso de cultivos de alto rendimiento (aspiración por aguja fina, biopsia de tejido) para direccionar la terapia antimicrobiana. 
Se debe ofrecer tratamiento antibiótico sistémico en aquellos pacientes con úlceras por presión categoría II, III y IV donde los signos de infección profunda involucren la presencia celulitis y/o osteomielitis o bien exista evidencia de sepsis. 
La elección del antibiótico se hará bajo la supervisión del servicio de infectología o el comité local de infecciones cuando proceda.

Desbridamiento
Los objetivos de las diferentes técnicas de desbridamiento en las úlceras por presión son:
Remover:
  • Tejido necrótico o escaras.
  • Tejido infectado.
  • Exudado.
  • Áreas de hiperqueratosis.
  • Cuerpos extraños o del material de curación.
Disminuir:
  • Riesgo de infección.
  • Exceso de humedad.
  • Olor.
Estimular:
  • La curación de la herida.
  • Tejido de granulación.
Existen diversos tipos de desbridamiento de las úlceras por presión y se pueden clasificar en:
Mecánicos.
  • Autolíticos.
  • Quirúrgicas.
  • Desbridamiento por métodos biológicos (larvas).
Se debe utilizar desbridamiento mecánico, autolítico, enzimático o métodos biológicos cuando no existe necesidad urgente de drenaje quirúrgico.
Se puede utilizar desbridamiento mecánico con gasa seca en paciente con úlceras categoría III y IV siempre evaluando la presencia de dolor y la tolerancia del paciente en el recambio de los apósitos.
Para los cuidados en domicilio, una opción económica para desbridamiento autolítico es el uso de miel de abeja en úlceras en categoría III y IV infectadas aplicando 20ml por cada 10cm2 de lesión con recambios de los apósitos cuando la miel sea diluida por el exudado.
Se contraindica el uso de miel de abeja en los siguientes casos:
  • Presencia de úlceras por presión en etapa no determinada que contengan lecho o escaras secas.
  • Alergia conocida a la miel o al veneno de abeja.
  • Dolor intenso con la aplicación de la miel.
El desbridamiento quirúrgico es otra opción de tratamiento para retirar material necrótico, infectado o fibrinoso que impida el proceso de epitelización de la úlcera y en lo posible deberá cumplir con las siguientes condiciones:
  • Deberá realizarse por personal capacitado de acuerdo a los recursos disponibles (cirujanos generales, vasculares, traumatólogos, plásticos, etc.).
  • Considerar de acuerdo a la extensión o número de úlceras, analgesia y/o anestesia.
En la medida de lo posible, se debe realizar la limpieza de las lesiones que requieran intervención en un ambiente estéril (quirófano) y de preferencia en un solo evento.
El desbridamiento quirúrgico se recomienda en presencia de necrosis extensa, celulitis, crepitación o fluctuación del tejido y/o sepsis secundaria a infección de la úlcera.
Se recomienda valoración por el servicio de cirugía en individuos con úlceras por presión en categorías III/IV con tractos tunelizados, extensión no determinada y/o grandes cantidades de tejidos necrótico que no son removidos fácilmente por otras técnicas de desbridamiento.

Son indicaciones para desbridamiento quirúrgico:
  • Cuando las técnicas de limpieza y de desbridamiento menos cruentas no generan respuesta favorable.
  • Cuando exista una clara delimitación del tejido necrótico o desvitalizado del resto del tejido sano.
  • Proceso infeccioso con repercusión sistémica (sepsis).
  • Complicaciones infecciosas locales (Abscesos, fístulas, osteomielitis o fascitis).
Debe evitarse el desbridamiento de úlceras en miembros inferiores con presencia de escara seca, dura y estable o cuando exista sospecha de compromiso vascular.
Las contraindicaciones del desbridamiento quirúrgico son relativas y deben considerarse:
  • Mal estado general del paciente.
  • Alteraciones en la coagulación.

jueves, 14 de mayo de 2020

Soporte nutricional

La intervención nutricional se debe considerar cuando una evaluación o cribado del estado nutricional indique que puede haber malnutrición. El objetivo principal de la intervención nutricional es generalmente corregir la malnutrición de proteínas-energía, de forma ideal mediante la alimentación oral. Cuando se consideran las limitaciones en la ingesta normal de alimentos y líquidos, se deben considerar el entorno local como por ejemplo la facilidad de acceso a la comida, cuestiones sociales y funcionales, y la textura del alimento. Los cambios en estos aspectos pueden favorecer o facilitar el aumento de ingesta oral. Por lo general, el objetivo debe ser considerar la calidad y la densidad en energía de la ingesta de alimentos, más que su cantidad. Considerar la cantidad de la ingesta de líquidos es tan importante como la calidad.
Cuando no es posible incrementar la ingesta normal de alimentos, se puede considerar la administración de suplementos orales ricos en proteínas-energía, Cuando la alimentación normal y los suplementos orales no consiguen resolver la malnutrición manifiesta, se pueden emprender otras vías (por ejemplo, la utilización de sondas), aunque se debe considerar el riesgo asociado a estas intervenciones. 


Valoración nutricional
1. Valore el peso de cada individuo para determinar la evolución de su peso e identificar cualquier pérdida significativa del peso (≥ 5% en 30 días o ≥ 10% en 180 días). (Nivel de evidencia = C; Fuerza de Recomendación = +)
2. Valore la capacidad del individuo para comer de forma independiente. (Nivel de evidencia = C; Fuerza de Recomendación = ++)
3. Valore la adecuación de la ingesta total de nutrientes (por ejemplo, alimentos, líquidos, suplementos orales y alimentación enteral /parenteral). (Nivel de evidencia = C; Fuerza de Recomendación = ++)


Planificación de cuidados
1. Desarrolle un plan de cuidados nutricional individualizado para personas con úlceras por presión o en riesgo de desarrollarlas. (Fuerza de evidencia = C; Fuerza de Recomendación = +)
2. Siga las directrices pertinentes y basadas en la evidencia sobre la nutrición y la hidratación para los individuos que presentan riesgo nutricional y que están en riesgo de úlceras por presión o tener una úlcera por presión existente. (Fuerza de Evidencia = C; Fuerza de Recomendación = +)

Ingesta de Energía
En individuos adultos con riesgo de úlceras por presión y valorados como con riesgo de desnutrición, proporcione 30 a 35 kilocalorías / kg de peso corporal. (Nivel de evidencia = C; Fuerza de Recomendación = +)
Ofrezca alimentos enriquecidos y / o altos en calorías, suplementos nutricionales orales altos en proteínas entre las comidas si los requerimientos nutricionales no pueden ser alcanzados por la ingesta dietética. (Nivel de evidencia = B; Fuerza de Recomendación = ++) 

Ingesta de proteínas
  1. En adultos con riesgo de úlceras por presión, proporcione suficientes proteínas para mantener un balance positivo de nitrógeno. (Nivel de evidencia = C; Fuerza de Recomendación = +)
  2. En adultos con riesgo de úlceras por presión y valorados como con riesgo de malnutrición, oferte de 1,25 a 1,5 gramos de proteína / kg de peso corporal al día, siempre que sea compatible con los objetivos del cuidado, y reevalúe cuando se produzcan cambios en la situación. (Nivel de evidencia = C; Fuerza de Recomendación = +)
  3. En adultos con úlceras por presión, proporcione las proteínas adecuadas para mantener un balance nitrogenado positivo . (Fuerza de Evidencia = B; Fuerza de Recomendación = +)
  4. En adultos con úlceras por presión y valorados como con riesgo de malnutrición, oferte de 1,25 a 1,5 gramos de proteína / kg de peso corporal al día, siempre que sea compatible con los objetivos de la atención, y reevalúe cuando se produzcan cambios en la situación. (Nivel de evidencia = B; Fuerza de Recomendación = +)
  5. En adultos con riesgo de úlceras por presión y riesgo de malnutrición, ofrezca una dieta hipercalórica e hiperprotéica mediante suplementos nutricionales, además de la dieta habitual, si los requisitos nutricionales no pudieran ser alcanzados por la dieta habitual. (Nivel de evidencia = A; Fuerza de Recomendación = +)
  6. Valore la función renal para comprobar que los altos niveles de proteínas son apropiadas para el individuo. (Fuerza de evidencia = C; Fuerza de Recomendación = ++) Se requiere el juicio clínico para determinar el nivel adecuado de proteínas para cada individuo, en función del número de úlceras de presión presentes, del estado general nutricional, las comorbilidades, y la tolerancia a las intervenciones nutricionales.
  7. Suplemente con alto contenido en proteínas, arginina y micronutrientes a adultos con úlceras por presión categoría/estadio III o IV o múltiples úlceras por presión cuando los requerimientos nutricionales no pueden ser satisfechos con los suplementos tradicionales altos en calorías y proteínas. (Nivel de evidencia = B; Fuerza de Recomendación = +)


Hidratación
Proporcione y fomente la ingesta diaria adecuada de líquidos para la hidratación de un individuo con riesgo de desarrollar, o con una úlcera por presión. Esto debe estar en consonancia con las patologías y los objetivos de cada individuo. (Nivel de evidencia = C; Fuerza de Recomendación = ++)


miércoles, 13 de mayo de 2020

Valoración de la lesión


  • Llevar a cabo una valoración de la historia clínica y una valoración física orientadas.
  • Llevar a cabo una valoración psicosocial para determinar los objetivos del paciente y su capacidad y motivación para comprender las opciones del plan de cuidados y conseguir su
    adherencia.
  • Valorar la calidad de vida desde el punto de vista del paciente.
  • Garantizar un aporte alimentario adecuado para prevenir la desnutrición o mejorar las deficiencias existentes, en la medida en que esto sea compatible con los deseos de la persona.
  • Prevenir las deficiencias clínicas nutricionales garantizando que el paciente reciba un aporte nutricional óptimo a través de uno o varios de los siguientes casos:
  1. Consulta con un diplomado en nutrición para recibir una valoración
  2. Consulta con un logopeda para recibir una valoración de la deglución
  3. Dieta variada y equilibrada para satisfacer los requisitos clínicos para la cicatrización y la mejora de las enfermedades concomitantes (como fallo renal y diabetes)
  4. Suplementos nutricionales, si los precisa.
  5. Preparados multivitamínicos y minerales.
  6. Alimentación enteral por sonda nasogástrica.
  7. Nutrición parenteral.
  8. Monitorización constante de la ingesta nutricional, las pruebas del laboratorio y los datos antropométricos.
  • Valorar el dolor asociado a las úlceras por presión o su tratamiento en los pacientes.
  • Valorar la localización, la frecuencia y la intensidad del dolor para determinar la presencia de una enfermedad subyacente, la exposición de las terminaciones nerviosas, la eficacia de los cuidados de las lesiones locales y las necesidades psicológicas.
  • Valorar a todos los pacientes con úlceras por presión existentes para determinar el riesgo de nuevas úlceras por presión, utilizando la “Escala de Braden para la predicción del riesgo de úlceras por presión”.
  • Si el paciente continúa con riesgo de nuevas úlceras por presión, se deberá utilizar un colchón de espuma de alta especificación en vez de un colchón convencional de hospital, con el fin de prevenir las úlceras por presión en pacientes de riesgo moderado a alto.
  • Se recomienda una valoración vascular (p. ej. valoración clínica, palpación del pulso podal, llenado capilar, Índice de presión brazo/tobillo y presión en el dedo del pie) en el caso de las úlceras en las extremidades inferiores, con el fin de descartar la posibilidad de problemas vasculares.


Para planificar el tratamiento y evaluar su eficacia, conviene hacer una valoración inicial de las úlceras por presión para comprobar:
  • Estadio o profundidad.
  • Localización.
  • Área de la superficie (longitud x anchura) (mm2, cm2).
  • Olor.
  • Fístulas / cavernas / tunelización.
  • Exudado.
  • Aspecto del lecho de la herida.
  • Estado de la piel circundante (piel que rodea la herida) y los bordes de la herida.
  • Llevar a cabo una revaloración semanal completa para determinar el progreso de la herida y la eficacia del plan de tratamiento. Se monitorizan las variaciones en la valoración cada vez que se cambian los apósitos. La aparición de variaciones indica que es necesario hacer una revaloración.
Al someter al paciente a desbridamiento se considera:
  • Las úlceras o lesiones en las extremidades inferiores en pacientes con cuidados paliativos agudos que presentan escara seca no deben someterse a desbridamiento si no tienen edema, eritema, fluctuación o drenaje. Estas heridas se valoran diariamente para monitorizar complicaciones de las úlceras por presión que requieren desbridamiento.
  • Se recomienda una valoración vascular (p. ej. valoración clínica, pulsos podales, llenado capilar, índice de presión brazo/tobillo y presión en el dedo del pie) con el fin de descartar la posibilidad de problemas vasculares.
  • Determinar si el desbridamiento es apropiado para el paciente y su herida.

Para ampliar las opciones del manejo de las heridas, tenga en cuenta las siguientes consideraciones:
  • Etiología de la herida.
  • Estado general y preferencias del paciente, objetivos de los cuidados y entorno.
  • Estilo de vida.
  • Calidad de vida.
  • Localización de la herida.
  • Tamaño de la herida, incluyendo profundidad y cavernosidad.
  • Dolor.
  • Un apósito que cubra la cavidad de la herida sin comprimirla.
  • Exudado: tipo y cantidad.
  • Riesgo de infección.
  • Riesgo de recurrencia.
  • Tipo de tejido afectado.
  • Fase del proceso de cicatrización.
  • Frecuencia de cambio del apósito.
  • Comodidad y aspecto estético.
  • Dónde y quién cambiará el apósito.
  • Disponibilidad de productos.
  • Terapias complementarias.



martes, 12 de mayo de 2020

Movilización y posiciones terapéuticas para manejo y prevención de UPP



La movilización de posición en el paciente tiene como objetivo liberar la presión en las prominencias óseas. Todo paciente detectado como de riesgo debe ser cambiado de posición si no hay contraindicación por su patología de base.

El periodo de tiempo entre cada cambio no debe exceder generalmente de dos horas y deberá estar definido en el plan de cuidados o historia del paciente. Los pacientes, en los que sea posible, deberán ser educados para cambiar de posición ellos mismos.


  • En general se darán cambios posturales cada 2-3 horas (al menos dos por turno) a los pacientes encamados, siguiendo una rotación programada e individualizada que incluya siempre que se pueda el decúbito supino, la sedestación, el decúbito lateral izquierdo y el decúbito lateral derecho, y registrando la posición en la que se deja al paciente para dar continuidad a los cuidados (ver posiciones terapéuticas y colocación de almohadas).
  • Evitar en lo posible apoyar directamente al paciente sobre sus lesiones.
  • En pacientes en sedestación los puntos de apoyo deberán modificarse con la misma frecuencia que en los encamados.
  • Mantener el alineamiento corporal, la distribución del peso y el equilibrio.
  • Evitar el contacto directo de las prominencias óseas entre si usando almohadas.
  • Evitar el arrastre. Realizar las movilizaciones reduciendo las fuerzas tangenciales.
  • En decúbito lateral, no sobrepasar los 30 grados.
  • Si fuera necesario, elevar la cabecera de la cama lo mínimo posible (máximo 30°) y durante el mínimo tiempo.
  • Usar dispositivos que mitiguen al máximo la presión: colchones de aire (pacientes de peso inferior a 75 kg.), cojines, almohadas, protecciones locales, etc. Sólo es un material complementario no sustituye a la movilización.










POSICIONES TERAPÉUTICAS PARA LOS CAMBIOS POSTURALES



Decúbito dorsal

Las almohadas se colocarán:

  1. -Una debajo de la cabeza
  2. -Una debajo de la cintura
  3. -Una debajo de los muslos.
  4. -Una debajo de las piernas.
  5. -Una apoyando la planta del pie.
  6. -Dos debajo de los brazos (opcional)

Deberán quedarse libres de presión: Talones, glúteos, zona sacro-coxígea, escápulas y codos.

Precauciones:

  • Las piernas deberán quedar ligeramente separadas.
  • Los pies y manos deben conservar una posición funcional.
  • Evitar la rotación del trocánter.



Decúbito lateral

Las almohadas se colocarán:

  1. -Una debajo de la cabeza
  2. -Una apoyando la espalda.
  3. -Una entre las piernas.




Precauciones:

  • La espalda quedará apoyada en la almohada formando un ángulo de 45 60°.
  • Las piernas quedarán en ligera flexión.
  • Los pies formando ángulo recto con la pierna.
  • Si la cabeza de la cama tiene que estar elevada, no excederá de 30º.
  • En pacientes que pueden realizar algún movimiento en la cama se deberá animar a realizar movimientos activos, colocar soportes y asideros necesarios que faciliten su movilización.
  • Los pies y manos deben conservar una posición funcional.




Sentado
Las almohadas se colocarán: 

  1. -Región cervical
  2. -Región lumbo-sacra

Precauciones:

  • Es importante que estén sentados correctamente manteniendo el alineamiento corporal, la distribución del peso y el equilibrio.
  • No utilizar roscos de caucho o flotadores.
  • Los puntos de apoyo deberán modificarse con la misma frecuencia que en los encamados.
  • Evitar la hiperflexión cervical, la cifosis lumbar, la compresión de los huecos poplíteos que impide un correcto retorno venoso, el pie equino y el estrangulamiento de la sonda urinaria bajo la piel.

lunes, 11 de mayo de 2020

Valoración del riesgo: EVRUPP

La valoración integral viene determinada por la evaluación del riesgo de aparición de UPP en base a la utilización de escalas de valoración del riesgo de desarrollar UPP (EVRUPP) como complemento al juicio clínico y al conocimiento de los factores de riesgo intrínseco y extrínseco relacionado con la aparición de este tipo de lesiones. 

La valoración de riesgo de UPP tiene como objetivo identificar de forma precoz los pacientes en riesgo de desarrollar UPP. El uso de una EVRUPP constituye un criterio objetivo de aplicación de medidas preventivas, aumentando la eficacia en la utilización de los recursos. 

En la actualidad la EVRUPP utilizada para adultos en todos los niveles asistenciales es la escala Braden. Consta de seis subescalas (percepción, exposición de la piel a la humedad, actividad física, movilidad, nutrición, roce y peligro de lesiones cutáneas); las tres primeras están relacionadas con la exposición directa a la presión y las otras tres con la tolerancia de la piel a esta presión.




La escala Braden es una escala negativa, es decir, que a menor puntuación tiene mayor riesgo, con un rango que oscila entre los 6 y los 23 puntos.


Tan importante como la primera valoración del riesgo del paciente es la revaluación de este riesgo, que se debe realizar periódicamente y siempre que la situación del paciente presente modificaciones. Se ha establecido las siguientes consideraciones especiales, tanto para la valoración inicial como para la reevaluación del riesgo: 

OBSTETRICIA: No es obligatorio valorar el riesgo de UPP a las mujeres que ingresan en obstetricia para parto o cesárea. 

SALUD MENTAL: No es obligatorio valorar el riesgo de UPP a las personas ingresadas en una unidad de salud mental, salvo los pacientes ingresados en psicogeriatría y pacientes con trastorno de la conducta alimentaria. 

INGRESOS INFERIORES A 24H: No es obligatorio valorar el riesgo de UPP a las personas que ingresan para una estancia inferior a 24 horas. 

CIRUGÍA PROGRAMADA: Se puede posponer la valoración del riesgo de UPP a los pacientes que ingresan para cirugía programada hasta después de la intervención quirúrgica. 

HOSPITALIZACIÓN A DOMICILIO: la valoración del riesgo de UPP debe realizarse en las primeras 72h tras el ingreso. No es obligatorio valorar el riesgo de UPP a las personas que tengan ingresos de un solo día, o que estén ingresadas para la administración de tratamiento endovenoso o curas. (siempre que la cura no sea de una herida crónica relacionada con la dependencia). En todos estos casos sí debe valorarse el riesgo con la escala, si se identifican situaciones que puedan considerase factores de riesgo.



En Atención Hospitalaria, la primera valoración del riesgo debe realizarse al ingreso. La frecuencia de la siguiente valoración dependerá del riesgo de la última valoración realizada. 


En Atención Primaria en pacientes crónicos domiciliarios, pluripatológicos y/o con UPP instaurada, la primera valoración del riesgo debe realizarse en el primer contacto con el paciente. Al igual que en Atención Hospitalaria, la última valoración realizada determinará la frecuencia de la siguiente valoración. 





Las recomendaciones más importantes en relación a la valoración del riesgo son las siguientes:






En el proceso de la aparición de UPP contamos con la presencia de factores etiológicos como la presión y la cizalla, que puede actuar de forma individual o combinada. Además, debemos analizar la existencia de otros factores que pueden modificar la resistencia tisular y predisponen al paciente a la aparición de la lesión.

Estos factores coadyuvantes o predisponentes pueden ser:

  • Intrínsecos, relacionados con el estado de salud del paciente
  • Extrínsecos, relacionados con su entorno y controlados por el propio paciente o el cuidador.




domingo, 10 de mayo de 2020

Factores que influyen en la cicatrización de las ulceras por presión


Las ulceras por presión se ven afectadas no solo por las circunstancias en la herida (factores locales) sino también por la enfermedad general del paciente (factores sistémicos). Por tanto, el tratamiento de las UPP debe presuponer siempre un enfoque integrado. A continuación, se enumeran las causas importantes que desembocan en unas condiciones de cicatrización deficientes.







Factores locales: 
  • colonización bacteriana 
  • recubrimiento de fibrina y necrosis 
  • infección de heridas 
  • higiene deficiente de la herida
  • aporte escaso de sangre 
  • saturación baja de oxígeno y presión





Factores sistémicos: 
  • enfermedades cardiovasculares 
  • neuropatía 
  • enfermedad metabólica 
  • malnutrición 
  • medicaciones (p. ej. Corticoesteroides) 
  • inmunodepresión 
  • edad avanzada  
  • tabaquismo.








El proceso de cicatrización de las heridas es complejo y, a menudo, no se valora o no se le presta la atención que merece. En muchas ocasiones, sobre todo en los pacientes ingresados en hospitales, el paciente es dado de alta mucho antes de que termine el proceso y se deriva a otro nivel asistencial. Cuando cambian de nivel, habitualmente, los servicios de salud no cuentan con el material apropiado para seguir la evaluación de las lesiones en el domicilio del paciente.
Valorar el proceso de cicatrización requiere tiempo, preparación e incluye identificar apropiadamente resultados. Entre otras cosas, se deben observar las características propias de las heridas, comparar cambios en el tiempo, observar, valorar y manejar los factores de riesgo que hacen que estas aparezcan o empeoren. También exige atención directa y mantenida en el tiempo si se quiere lograr que cicatricen y para eso se requiere la participación directa del profesional de enfermería.
En la literatura podemos encontrar propuestas de medida de una sola dimensión de la herida para evaluar la cicatrización. Los más utilizados han sido: el tamaño de la herida, la profundidad, el volumen, el exudado o el tipo de tejido.



El tamaño
Es uno de los métodos de medida de cicatrización más utilizados en el ámbito clínico. Su objetivo es valorar la disminución de las propiedades físicas de la herida (por ejemplo, modificación del largo × ancho). Esta forma de medición no fue estudiada hasta mediados de los años 80 del siglo pasado cuando Marks y cols observaron en las heridas quirúrgicas la relación existente entre el tamaño de la herida y la cicatrización de la misma.






La profundidad
El método más sencillo para medir la superficie de las heridas consiste en hacer una aproximación a la misma usando una regla con medidas en centímetros, y medir largo y ancho para, posteriormente, calcular su superficie aproximada. Lo normal es utilizar este método mediante una medida perpendicular a la otra y en sentido cefalocaudal.






Métodos de medida de volumen
Las heridas como tal son estructuras en tres dimensiones, es decir, tienen profundidad, además de las medidas tradicionales. La mayoría de métodos de medición actuales no tienen en cuenta esta medida debido a que son métodos bidimensionales, lo que afecta de manera significativa la medición de la herida y genera un gran problema para la práctica clínica.






Medida del exudado de la lesión
La medida del exudado es otra de las técnicas usadas para medir la evolución de las lesiones. Esta medida es, en muchos casos, uno de los parámetros más importantes en la valoración de las UPP, ya que las características del mismo como la cantidad, el olor y el color dan idea de la presencia de inflamación y/o de organismos patógenos en la herida. 




La cicatrización es un tema muy controvertido que, en muchos casos, no es tenido en cuenta por el personal sanitario en el cuidado que se le brinda al paciente, debido a la dificultad de objetivación de la misma, las deficiencias en los instrumentos de evaluación y el escaso conocimiento de este proceso por los mismos profesionales. Por eso se hace necesario que se aborde de manera más concreta y precisa el proceso de cicatrización en la clínica, por medio de la realización de estudios más robustos de tipo longitudinal y prospectivo, como los estudios experimentales y los estudios de cohortes.